martes, 24 de febrero de 2009

Televisor

Atibórrate de mierda. Vamos. ¿No es lo que te enseñaron a hacer desde niño? La televisión sigue siendo el tutor. Vamos. No le escatimes tiempo. ¿Qué es el tiempo cuándo el cerebro se vuelve como de chicle frente a una procesión infinita de imágenes?
Ahí están. ¿No los reconoces? Son los mismos que te persiguen desde el pasado. Los héroes de telenovela y baratas películas de acción. Las heroínas adúlteras y pasionales fabricadas con silicón. Todo sigue siendo estilo gringo. Muy reloaded.
No seas tímido. No pasa nada. Vamos. Acepta que te gusta cebarte frente al televisor para evitar pensar en tu corbadía frente al avance de los bombarderos sobre Gaza, la falta de alimentos en las zonas suburbanas de tu ciudad, la corrupción boyante como antiguo barón ruso, la brutalidad policiaca, el derrumbadero diario de la existencia.
No. No te sientas ofendido. No eres el único cobarde. Como tu y yo, si te sirve de alivio, hay millones más. Y al igual que la televisión, también me dan asco.

3 comentarios:

  1. Y también para eso existen los blogs, para contarnos las historias que nos queremos narrar.

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  2. Querido Enrique,
    Hace unos días me preguntaba, ¿le habré escrito bien la liga de -la Línea- a Rangel?, y la duda cabía porque en el momento en que lo hice, en tu libreta de pastas duras, algunas sustancias ya hacían lo suyo en mis neurotránsmisores aquel vieres por la noche (cómo la perdida de la memoría a corto plazo previo al insaciable apetito que produce esta tan polémica rama de herbolaria). Pero ayer, luego de un muy breve abandono, revisé mis entradas y me encontré con tu revitalizador cometario. Sin más, muchas gracias, y tienes razón, no cabrá más la autocensura en ese espacio.
    Un abrazo,
    Ouicho López

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  3. escribes bien feo, yo nose que presumes

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